¿Hasta qué punto somos el Sistema? Sin la base de la pirámide (nosotros), la cúpula (élite global) no puede sostenerse
19 diciembre 2012
PARA QUÉ LUCHAR CONTRA EL SISTEMA, SI EL SISTEMA SOMOS TODOS
Por Josep PàmiesPara qué luchar contra el Sistema, si el Sistema somos todos.
Nosotros obedecemos ciegamente y votamos disciplinada-mente cuando dicen que toca, a políticos que decimos son unos corruptos.
Les criticamos que tengan ahorros en paraísos fiscales, etc.
Pero nosotros, la mayoría de los miembros de esta Sociedad:
- Invertimos nuestros ahorros (cuando los tenemos) en la entidad bancaria o en el negocio que nos de más rentabilidad, sin preguntar cómo se obtiene esta rentabilidad.
- Pedimos favores a algún político “corrupto” para que nos coloque a un familiar.
- Aspiramos a cambiar de coche cuanto antes y nos olvidamos de la bicicleta.
- No queremos aire, agua y alimentos contaminados, y con nuestra actividad diaria desmedida no paramos de contaminar.
- Compramos productos de China o de IKEA porque son más baratos, y exigimos empleo donde no se produce lo que consumimos.
- La competitividad nos provoca estrés y en cambio queremos que nuestro equipo de fútbol favorito sea “competitivo” y humille a sus adversarios.
- Tenemos miedo a la muerte y fumamos, bebemos y tomamos drogas como locos.
- No queremos la guerra y toleramos la que se impone a los demás.
Creo que son momentos de retro-inspección hacia nuestro interior, y no es porque sean unas fechas que -para la comunidad cristiana-, invitan a ello, sino porque estamos llegando al final de un ciclo donde nos estamos dando cuenta de que habitamos en un Planeta finito, donde el crecimiento continuo es imposible.
Nuestras vidas, las de cualquier animal o planta, nos indican que hay un momento para nacer, crecer, mantenerse, decrecer, morir y volver a renacer.
A nivel global, en nuestro Planeta, como organismo viviente que es, también ocurre lo mismo. Partes del Planeta, países diferentes, iniciamos un recorrido (creíamos de éxito) con fases de “crecimiento” tan sólo económico, y ahora estamos ya en la fase de decrecimiento, esperando el desenlace, para volver a renacer.
Otras partes del Planeta en cambio están en sus fases “gloriosas” de crecimiento (China, India, Brasil….), pero en todas ellas -como nos pasaba a nosotros anteriormente-, en plena fase de crecimiento, también hay desequilibrio y sufrimiento.
El Equilibrio global conocido consiste en esto (sea con un modelo económico u otro conocido), nacer, crecer, mantenerse, decrecer, morir y renacer, y esto se va reproduciendo por barrios. Unas veces somos imperio y otras somos sometidos por otros imperios.
La NATURALEZA en mayúsculas nos recuerda, pues, cada día, que el crecimiento continuo es imposible.
Si quisiéramos superar este modelo que tanto sufrimiento esta provocando a millones de seres humanos continuamente y durante todos los tiempos, sólo hay que desear a los demás lo mismo que deseas para ti mismo. Y no solamente desearlo, sino hacer lo posible para que así sea.
Nacer, morir y renacer, es lo único que no podremos evitar, pero intentemos vivir las demás fases de nuestra existencia con dignidad.
La competitividad es equivalente a muerte prematura y guerra. Es un modelo que se basa en triunfar en todos los niveles siempre, a costa de los demás, para poder sobrevivir.
Nunca en la historia de la Humanidad tantos conocimientos científicos y/o tecnológicos permiten producir con tan poco esfuerzo humano físico.
Nunca en la Humanidad habíamos tenido mecanismos de creación de riqueza tan enormes.
¿Y para qué sirve tanta creación de riqueza si la única forma de obtenerla por la mayoría de humanos, es trabajando en actividades en las que la ciencia ha hecho innecesario al hombre?
De qué sirve acumular tanta riqueza en pocas manos?
–¿Sólo para crear esclavitud y dependencia?
–¿Sólo por ansia de Poder?
–¿O porque los seres humanos no sabemos organizarnos de otra manera?
Básicamente, creo que es miedo a perder el poder por quien tradicionalmente lo viene ostentando.
Si el miedo a la represalia de las multitudes por lo que ha acontecido hasta hoy desapareciera, otro mundo sería posible.
Abogo, pues, por el perdón hacia aquellas personas o familias que durante decenios o milenios les ha tocado la parcela de administrar el poder.
O es que acaso la mayoría que ha padecido el abuso de poder no hubiera deseado estar en la situación de dominador?
Es aquí donde radica el nudo de la cuestión, pasemos página y seamos capaces de crear otra forma de evolucionar y no la que predicó Darwin y a la que se han acogido los modelos económicos neoliberales más extremos. Evolucionemos gracias a la cooperación, no a la competitividad.
Porque si somos capaces de crear riqueza sin la intervención física del hombre, ¿para qué alargar la jornada laboral o la edad de jubilación?
–Vamos a compartir y no ha competir.Un paso en este sentido:
–Vamos a usar los bienes y alimentos de forma mesurada, para que lleguen a todos.
–Vamos a hablar claramente (sin la presión de las Religiones) de la responsabilidad a la hora de procrear nuevos seres humanos, para no sobrepasar la carga planetaria tolerable de los mismos.
–Vamos a compartir, pero no lo centremos sólo en lo económico. Lo más importante es compartir el conocimiento, y que podamos usarlo y disfrutarlo en igualdad de oportunidades.
– Es la idea de la Economía por el bien común de Christian Felber
– O la de Enric Duran con la Cooperativa integral catalana
– O la de la Dulce Revolución de las Plantas Medicinales
– O la de la Banca Ética FIARE, TRIODOS, etc.
– O la del caso Marinaleda
– Y la de tantos y tantos ejemplos que están mitigando los errores de un Sistema condenado a evolucionar de otra forma a la conocida hasta este momento.
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Fuente: Josep Pàmies blog
Reedición de Freeman
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